SER MADRE, ES UNA RESPONSABILIDAD, UN PRIVILEGIO, UN REGALO DE LA VIDA, UNA OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO Y UN APRENDIZAJE.
Me aventuré en este camino sin haber estudiado para ello, es un sentimiento profundo en la vida, es estar viva, y recuerdo durante una entrevista para TV me preguntaron acerca de mi carrera profesional a lo que contesté: Ingiero Civil, y se oyó la voz de Santiago mi hijo pequeño diciendo: ¡entonces, no estudiaste para ser mamá?
Pues no, no estudié para ser madre antes de que mis hijos llegaran al mundo. Lo he hecho con el tiempo y la mejor escuela es el camino mismo, es entregarnos llenos de placer, curiosidad y responsabilidad, sobretodo algo que aprendí fue a enseñarles con el ejemplo, me parece que somos su guía, somos su ideal, y eso nos responsabiliza para hacerlo bien, y la recompensa es enorme, escucharlos hacer preguntas inocentes y fantásticas :
Karina tenía 5 años y me pidió: “ayúdame a percibir lo que es martes” ( con esas palabras)
Santiago preguntaba: “¿porqué no primero nos dejan ser niños, y luego nos mandan a la escuela?
En la sociedad nos enseñan que sólo los adultos piensan, que los niños están aprendiendo, y una y otra vez los callan porque fantasean mucho, aunque ¿no es así como surgen grandes genios, inventos novedosos, ideas que revolucionan las vidas personales?
Algo de lo más hermoso que he vivido siendo madre es la imaginación de mis hijos, darme cuenta de cómo se trasladan a su mundo. Cuando pequeños construían reinos lejanos con personajes que hacían cosas “imposibles”, creaban en dibujos y plastilina historias, personas y espacios que les entretenían, sin necesidad de aparatos y juegos electrónicos. Hoy veo como su mente crea sus sueños y como lo llevan a la acción. Se motivan en sus proyectos y se aventuran dejando volar la imaginación, con el cuerpo y con el corazón, llegando a lugares y alturas insospechadas, regresando con experiencias y regalos invaluables.
Y pronto, porque el tiempo corre veloz sin detenerse, espero verlos beneficiando al planeta, en el que decidieron vivir realizando sus sueños, comprometiéndose con su entorno y buscando así ser felices, compartiendo esos momentos y esa felicidad. Entonces como madre, puedo sentirme tranquila de haber contribuido, no a poblar el mundo en una inercia que dicta la sociedad, sino en darle a través de este proyecto un poco de lo mucho que obtenemos de élla, de este maravilloso planeta azul.